Observar la tierra desde el cielo cambió por completo la perspectiva de la humanidad con su entorno. Todo empequeñeció y fue observable en un solo vistazo, pero la memoria no fue suficiente para retener aquellas vistas. Había que registrarlas de alguna manera y la fotografía fue el instrumento ideal para ello.
Las primeras fotografías aéreas registraron las ciudades de París, Francia, y Boston, Estados Unidos de América, en la década de 1860 a vuelo en globo aerostático; las ciudades que carecían de este medio se fotografiaban en vistas panorámicas a distancias y alturas todavía a escala humana. En Chihuahua, el cerro de Santa Rosa y las torres de Catedral y el Santuario de Guadalupe fueron los sitios recurrentes para aquellas tomas.
Aún con la invención del aeroplano a motor de los hermanos Wright, la fotografía aérea hubo de esperar hasta la gran guerra para que comenzara a emplearse y difundirse. En nuestro país, la Compañía Mexicana Aerofoto S.A. se encargó de registrarlo desde 1931. La empresa realizó estudios topográficos y planos durante seis décadas y su gran acervo forma parte de la Fundación Ingenieros Civiles Asociados (ICA) desde el año 2000. Ahí se encuentran cuarenta y ocho fotografías de la ciudad de Chihuahua tomadas en los años 1933, 1946, 1949, 1951 y 1956. Existen más tomas realizadas por entusiastas y comisionadas por empresas locales, veintisiete de las cuales se resguardan en el acervo de la Fototeca del Centro INAH Chihuahua; ampliando su registro hasta 1970.
En su conjunto, la colección aerofotográfica de Chihuahua es evidencia de las transformaciones de la ciudad década tras década y es posible elaborar una línea temporal muy precisa por la gran cantidad de modificaciones que ha tenido. En las imágenes de la década de 1930, el río Chuviscar corría acompañado por frondosas arboledas y su caudal limitó hasta 1946 la expansión de la ciudad hacia el norte, cuando los urbanizadores del fraccionamiento San Felipe aseguraron la construcción del puente de la Calle 11ª.
Al finalizar la década de 1940, los chihuahuenses que volvían tras haber realizado sus estudios de arquitectura en la Ciudad de México, se pusieron a las órdenes del capital local, así la altura de las torres de Catedral se desvaneció entre los edificios que levantaron a su alrededor. Por esas fechas se aceleró la copia del estilo estadounidense de colonias suburbanas basado en la distancia que podía cubrir el vehículo automotor, y el espacio que necesitaba para circular redefinió el trazo de la ciudad; fue así como se abrieron calles donde no las había, se ensancharon y prolongaron avenidas, como la Melchor Ocampo, Juan Aldama, Independencia y 11a. La ciudad se extendió horizontalmente y con muy baja densidad poblacional; de los 45,000 habitantes qua tenía en 1930, había 87,000 veinte años después y 257,000 para 1970.
Buena parte de estos cambios y crecimiento se impulsaron durante el periodo llamado Desarrollo Estabilizador, cuando hubo una fuerte inversión en la economía interior entre los años 1955 y 1970; en el ámbito internacional a esta época se le conoció como la era dorada del capitalismo. Las modificaciones realizadas a la ciudad en aquellos años trazaron los rasgos iniciales de las problemáticas de servicios públicos, seguridad y movilidad que siguen determinando la toma de decisiones en la actualidad.
Observar la tierra desde el cielo se ha vuelto una perspectiva cotidiana para muchos hoy en día gracias a la fotografía satelital. La aerofotografía cumplió una función en su tiempo y documentó para la posteridad la historia visual de las ciudades, ahí donde la memoria y la voluntad no fueron suficientes para retener aquellas vistas, solo los registros fotográficos perduraron para recordarlas.
La Fototeca del Centro INAH Chihuahua se localiza en el sótano de Casa Chihuahua, Centro de Patrimonio Cultural (C. Libertad 901, Zona Centro, C.P.31000), está abierta de lunes a viernes de 8am a 4pm y en el teléfono 429 3300 ext. 11740.
Texto: Jorge Meléndez Fernández | Foto: Compañía Mexicana Aerofoto