La evolución que esta diminuta mujer ha demostrado es impresionante. Cuando irrumpió la escena musical mexicana con su primer sencillo “Busca un Problema” en el año 2002 no dejó indiferente a nadie. Su imagen traviesa e infantil no coincidía con el contenido de sus canciones llenas de ironía y humor negro. Después de un proceso de madurez vocal y de sonido, hoy estamos ante una de las propuestas más talentosas de América Latina: Natalia Lafourcade.
Compositora, música, productora, diseñadora y demás oficios vinculados al arte y la creación musical, esta mujer los ha portado con un virtuosismo increíble. Tuvieron que pasar más de 15 años para, que según sus palabras, se sintiera a gusto en su propia piel y con su voz, la cual mantuvo en una búsqueda continua durante cinco exitosos álbumes de estudio.
A los 14, Lafourcade formó parte del grupo llamado Twist, en el que hacían playback y hacían rutinas coreográficas. Su estancia en el grupo duró no más de tres años, “Me costó mucho trabajo entender que era un producto. Ya no lo soy, soy mi propio producto, no soy el producto de nadie” comenta. Después de esta abrupta introducción a la música y gracias al origen musical familiar (su madre María del Carmen Silva, pianista pedagoga y su padre Gastón Lafourcade, clavecinista chileno) se propuso estudiar música en la ya icónica escuela mexicana Fermatta.
Compositora, música, productora, diseñadora y demás oficios vinculados al arte y la creación musical, esta mujer los ha portado con un virtuosismo increíble.
Ahí, invitada por su compañero Juan Manuel Torreblanca (Torreblanca), se unió al grupo Indigo, donde tocaban alumnos y maestros, dándole idea de lo que era estar en un escenario. En Junio del 2002 publicó su primer disco homónimo, teniendo éxito inmediato con sus sencillos “En el 2000” y “Te Quiero Dar”. Inmediatamente fue invitada a colaborar en las bandas sonoras de películas mexicanas que se convertirían en éxito, ayudadas primordialmente por sus canciones: “Amarte Duele” para la película homónima y “Un Pato” para la película Temporada de Patos.
Al separar su nombre de la banda que la acompañaba, nombrándola La Forquetina, presentó su segundo álbum, Casa, producido en su mayoría por Emmanuel del Real (Café Tacvba), proyectándola a un nivel internacional. Dos años después tras dejar de manejarse como una banda, Natalia trabajó en el disco instrumental llamado Las Cuatro Estaciones del Amor, donde la cantante tomó las riendas de su producción y realización por completo.
Ya como solista nos entregó Hu Hu Hu (2009) y Mujer Divina, Homenaje a Agustín Lara (2012), llevándola de gira por Sudamérica, Europa y Asia, obteniendo un rotundo éxito en sus presentaciones. En esta etapa Natalia logra colaborar con un sinfín de prestigiosos artistas, entre los cuales destacan Julieta Venegas, Devendra Banhart, Miguel Bosé y Jorge Drexler.
Es Natalia la muestra de que la clave de la plenitud, interior, musical y profesional está en el crecimiento que se ejerce sobre uno mismo, teniendo todo el éxito en el exterior como añadidura.
El año pasado reventó las listas de popularidad con los sencillos desprendidos del quinto álbum de estudio, Hasta la Raíz, colocándola como la artista mexicana más premiada del año. Una voz madura y calma le da forma al disco más completo de la cantante.
Durante quince años de carrera ha sabido sobresalir dentro de esta ola de músicos comprometidos con proponer música nueva, ha superado comparaciones inevitables con sus compañeras de profesión y superado las barreras del idioma y frontera llevando su propuesta alrededor del mundo.
Es Natalia la muestra de que la clave de la plenitud, interior, musical y profesional está en el crecimiento que se ejerce sobre uno mismo, teniendo todo el éxito en el exterior como añadidura. Es Natalia siendo Lafourcade como nunca antes.
Texto: Bjorzh Znchz | Foto: Cortesía de Natalia Lafourcade