El aspecto parco y desalineado de Michael David Quattlebaum Jr. fácilmente podría evocarnos al típico paria en algún suburbio de mala muerte en cualquier gran ciudad. Sin embargo, él tiene más talentos que complejos a la hora de ponerse bajo la luz de un reflector. Ya sea con un micrófono en mano, escribiendo o frente una cámara este hombre tiene algo que decir y vaya que el mundo entero le está poniendo atención.
Michael desde que era pequeño en su natal San Mateo California, tuvo inclinación por las artes, se enroló en varias instituciones donde sobresalía con sus composiciones y actuaciones de teatro. En plena pubertad ya contaba con un Indies Spirit Award por un colectivo de teatro que el mismo armó. A los 16 años huyó de su casa para internarse bajo una beca en el Art Institute of Chicago, pero no terminó siquiera dos semestres cuando dejó la ciudad nuevamente para internarse en las entrañas de New York, donde la magia no tardaría en aparecer.
Este artista nato se empezó a rodear de gente relacionada con la música, pronto se vio colaborando con agrupaciones y personajes exitosos de la escena underground, como lo son el dúo Nguzunguzu, la agrupación Teengirl Fantasy y el DJ británico Sinden, abriéndole camino para su propia carrera en solitario. El primer destello fue la publicación de un libro llamado From the Silence of Duchamp to the Noise of Boys, luego vendrían los álbumes.
Para cuando Cosmic Angel: The Illuminati Prince/ss, su mixtape debut fue lanzado, inmediatamente fue acogido por la crítica, la manera en que hacía sus rimas al puro estilo hip hop sobre ritmos de rave conquistaban cada día más seguidores; el disco incluía colaboraciones con Gatekeeper, Le1f y Brenmar dándole un aire más ecléctico al proyecto.
Hasta este punto de la historia no hay un elemento que se sobresalga como algo extraordinario, se supone que el éxito de este artista es meramente por esfuerzo y buenas compañías. Pero existe otra cara de la moneda, que para muchos es la que más les llama la atención de este cantante. Durante su estancia en Nueva York a temprana edad, Quattlebaum Jr., se dio cuenta que al calor de las copas y en esos ambientes de libertinaje, tenía total libertad de hacer cosas que en otras circunstancias nunca hubieran sido posibles. Para su primera actuación en un video, el singular artista salió enfundado en unas medias negras, zapatillas de tacón y una peluca rubia estratosférica, dándole así la bienvenida a su otro yo: Mykki Blanco.
Para el nombre se inspiró en el alter ego de la rapera Lil’Kim: Kimmy Blanco, su actitud está basada en la delirante Kathleen Hanna y en el viral Marilyn Manson, él comenta de su imagen: “Era como una flor, en mi corazón y mi mente, ese lado de doble espíritu de mí mismo necesitaba salir, es un concepto muy místico y antiguo que se refleja en muchas culturas, sería injusto decir que sólo por que recibí atención sexual por parte de los hombres; era yo, eran mis chakras alineados, estaba completo”.
En sus espectáculos pareciera que el público no notara que entre canción y canción se acomoda su sostén vacío, se jala la peluca y vuelve a rapear. “Estoy divirtiéndome y junto a mí un público que también se divierte, estoy comprometido en cumplir con mi visión creativa, y tener éxito en mis propios términos”.
Su primer EP Mykki Blanco & the Mutant Angels fue su carta de presentación en el mundo entero, su música aunado a sus videos donde el factor sorpresa es bien representado con su travestismo causaron un efecto hipnótico en sus seguidores e incluso su colaboración con el aclamado fotógrafo Terry Richardson le dio un impulso descomunal a su imagen.
Luego que visitó la Ciudad de México y Monterrey, y que acapara toda la atención a nivel mundial, nos presenta este mes su nuevo álbum: Betty Rubble: The Initiation, del cual ya existe un sencillo: “Bugged Out!” producido por Supreme Cuts, en donde sigue la misma línea de rimas agresivas sobre sexo gay, monstruos mutantes y problemas sociales.
Mykki es parte de esta oleada de artistas que están proponiendo su arte desde una trinchera diferente, esos géneros musicales que sólo eran abordados desde una perspectiva, hoy están expuestos desde otras voces y otras maneras de vida. La aceptación de su público está fundada en el talento con el cual estos cantantes y productores basan su propuesta. Mikky Blanco es el ejemplo viviente de que entre textos, rimas y extravagancias, todos tenemos algo de músicos, poetas y loc@s.