Texto: Rafael A. Revilla Romero | Foto: Martín Benavides Lee
En tiempos donde la fotografía es algo cotidiano, prácticamente aplicaciones como Instagram han hecho de todos nosotros fotógrafos potenciales y el uso de filtros para arreglar nuestras fotografías hace de nuestra comida algo interesante (al menos eso queremos creer), existen personas que siempre han valorado el arte de la fotografía como algo especial y único, e inclusive pocos de ellos aún conservan esa pasión por lo análogo, por la composición más básica de la luz y sus tonalidades; algunos lo llamarán pasión por lo retro o vintage, otros los llamarán aferrados al pasado e inclusive el sólo hecho de revelar sus propias fotos los hacen parecer para otros fotógrafos algo arcaicos o retrogradas de alguna manera. Pero aún con el avance de la tecnología, existen estos, podríamos llamarlos “puristas” de la fotografía.
Existen fotógrafos como Martín Benavides Lee que toman lo mejor de la fotografía en cualquiera de sus formatos ya sea digital o análogo y trata de obtener una ventaja en cada uno de estos modos de capturar momentos. Así mismo puedes ver a Martín tomando fotos en un paseo ciclista con una Canon 1ds mark II, agarrado con una mano de la cámara y la otra en el manubrio casi cayéndose de la bicicleta, con una Mamiya c330f de formato 120 sólo por el gusto de tomar fotos con rollo, y aunque el conseguir rollos y revelarlos sea algo costoso.
Martín se dice admirador de fotógrafos como Daidō Moriyama y la fotógrafa estadounidense Dorothea Lange, menciona como sus principales intereses “La fotografía, el diseño y otras perversiones”. Su trabajo es tan diverso que fue difícil escoger un tópico de entre todas sus fotos, ya que ha tomado fotos en lugares tan exóticos que tendríamos que escoger por temática o continente, así mismo podemos ver fotografías de bellezas/modelos rusas o fotografías de motocicletas en el museo de Harley-Davidson Museum en Milwaukee, Wisconsin en su portafolio.
Tomando como principal inspiración la luz y como herramienta su cámara y sus ojos y con el sonido del silencio como soundtrack de fondo, tomó esta serie de fotografías con una cámara Contax t2 de 35mm en el mercado de Chiang Mai en Tailandia, estas imágenes nos remiten a tiempos donde se capta la verdadera esencia de un mercado y la belleza de lo simple, tomando sólo la cotidianidad de este mercado.
Artículo publicado en Fusion Magazine #61