Si bien, al hablar de Punk Rock lo relacionamos de inmediato con los peinados alocados junto a la desenfadada rebeldía política y social iniciada en los setentas. Hablar de Punk es hablar del movimiento que durante décadas ha servido de vehículo para expresar el descontento con el sistema político y la libertad de expresión convirtiéndose en el estandarte de la contracultura por excelencia.
Sin embargo, en la lírica y propuesta de Laura Jane Grace, líder de la banda estadounidense Against Me!, el punk toma un sentido más honesto e íntimo alejado de toda la idea que tenemos del mismo.
“En mi niñez, me maravilló ver un concierto de Madonna, me sentí identificada con ella en el escenario, fue ahí cuando supe que quería ser artista”, comenta. Laura empezó a robarle vestidos y medias a su mamá, enfundada en ellos organizaba conciertos en su alcoba para un público imaginario, después se le hizo la mala costumbre de robar vestidos de niña cuando acompañaba a su mamá al centro comercial, “Usar esos vestidos robados me tranquilizaba, me hacía sentirme más yo, era como respirar aire limpio”.
A pesar de haber nacido en Florida, un punto vanguardista para aquella época donde no existía aún la información y el panorama que el Internet nos muestra hoy en día, nunca tuvo contacto con más personas con sus gustos e inquietudes y eso la avergonzaba, sentía que era la única en el mundo en su condición. Un día se topó con un escrito minúsculo sobre Reneé Richards, un profesor de tenis en los años setenta, que le mostró otra versión de su realidad, “Me sentí acompañada, a partir de eso, me avoqué en investigar en más personas como yo”. Así fue almacenando información a la cual recurría siempre de manera secreta sin que nadie se enterara.
“Siempre me sentí atraída por las mujeres, nunca fue una cuestión de sexualidad, en eso siempre estuve segura”. En la escuela se burlaban de ella, a pesar de nunca demostrar en público sus preferencias, sin embargo, en la secundaria ya era imposible estar, así que la abandonó. Comenzó a tomar clases de guitarra y composición para así formar su propia banda.
Sus letras fueron cada vez más su válvula de escape, estrofas que dejaban ver su intención de cambio, sus dudas e inseguridades. Así vivió gran parte de su vida, hasta que un día armada de valor le comunicó a su pareja lo que durante mucho tiempo fue un secreto y no podía seguir más ocultando.
Tom Gabel inició su banda a los 17 años junto a Andrew Seward, James Bowman y Warren Oakes, influenciados por la música de Guns and Roses, The Doors y Crass, hasta Sex Pistols y The Clash. Su sonido crudo y potente los hizo colocarse en el gusto de un público ávido de una propuesta fiel a los principios del punk.
Su primera grabación fue hecha en 1997, un demo discreto con voz y guitarra que no le hacía justicia al sentir de las letras que Tom recitaba, así que al lograr la alineación completa grabaron dos EP que le dieron la pauta para grabar Is Reinventing Axl Rose, su disco debut que fue el que los catapultó a las grandes ligas. En apenas 3 años lograron colocarse en las listas de popularidad en un género tan concreto como lo es el punk. The Eternal Cowboy, Searching for a Former Clarity y New Wave fueron claras muestras de que el género todavía seguía presente. Las letras contra el sistema político y la desigualdad social hacían que el grupo cobrara cada vez más seguidores.
Lograron hacerse de una productora propia (Total Treble Music), y trabajar con figuras reconocidas como el grupo The Cult, el productor Butch Vig (Spooner, Fire Town, Garbage), escribir letras al lado de Joan Jett e Ian Graham (Cheap Girls) y participar en festivales tan importantes como Coachella, Riot Festival y el Warped Tour.
Durante la grabación del álbum White Crosses conoció a la artista visual Heather Hannoura (Creadora de trabajos para My Chemical Romance, AFI, Alkaline Trio, entre otros) con la cual contrajo matrimonio. El embarazo de Heather y la mala relación con varios sellos discográficos hizo que Tom cayera en una depresión de la cual no saldría siendo él mismo.
“Todo era confuso, no podía escribir, sentí como me consumía día tras día hasta quedar sólo con mentiras”, relata. Dos años de investigación le dieron el valor para comunicárselo a sus seres queridos y amigos cercanos, la sentencia a pesar de tanto sufrimiento y miedo era sencilla: “Tengo Disforia de Género”.
Entonces Tom Gabel que durante 31 años de vida le dio voz y apariencia a Laura Jane Grace, la mujer dentro del cuerpo de un hombre por fin se sentía liberado, ahora completa, es una mujer transgénero que vive una transición física, emocional, social y musical.
“Mis miedos son otros, miedos que rápidamente se convierten en retos, la aceptación es lo de menos, soy quien siempre quise ser. Mi hija Evelyn es mi prioridad, darle una educación honesta y correcta. Mi esposa Heather que se convirtió en mi pilar inquebrantable, ¿qué tanto cambiará mi voz, podré seguir cantando?, mis fans han sido incondicionales, realmente he sido muy afortunada en tener a tanta gente que me quiere y apoya”, comparte. Su odisea con los tratamientos de reemplazo hormonal y su transición están relatados en el disco conceptual autobiográfico: Transgender Dysphoria Blues, disco que ha sido lanzado el mes pasado y que ha sido bien recibido por la crítica y sus asombrados seguidores.
Cada vez son más los casos que salen a la luz pública donde personas se rebelan a cánones establecidos, ya sean sexuales, religiosos, sociales o culturales. El caso de Laura es una muestra de esa rebeldía personal, de seguir fiel a lo que uno realmente es, cree y siente. Hablamos de otro tipo de rebeldía más allá del punk y los estándares sociales, de una rebeldía personal.
Texto: Bjrzh Znchz