A estas alturas en la industria musical, sabemos que no existen fórmulas para el éxito y que si hubieron ya son obsoletas. Ya seas un solista creando tracks en una laptop, una banda ejecutando canciones de manera virtuosa o simplemente como Kali Uchis que siendo autora, cantante y productora de su propio proyecto ha puesto sobre la mesa el mayor de sus atributos: Talento.
Karly Marina Loaiza nacida en Alexandria en Virginia, Estados Unidos de muy pequeña regresó al país origen de sus padres, Colombia. De hecho, su nombre artístico proviene del mote que su padre le decía cuando pequeña: “Karluchis”. En la ciudad de Pereira pasó su niñez y adolescencia hasta que, a mediados de los noventas, la familia entera tuvo que regresar a Estados Unidos por la violencia que azotaba el país sudamericano.
Ya en el país de las barras y las estrellas se interesó en las artes. Se sabía entonada, así que comenzó a crear sus propias maquetas. Influenciada por la estética de los años sesenta también armo su imagen y a producirse sus propios videos, sabía que si quería hacerse de un lugar en la música tenía que ella misma hacérselo.
Los primeros instrumentos que dominó fueron el piano y el saxofón, con los cuales se hacía acompañar en los samples que lograba con pistas de sus dos mayores inspiraciones de esa época: Ella Fitzgerald y Billy Holiday. Con todo ese material logró formar su primer mixtape llamado “Drunken Babble” una mezcla de jazz, R&B y Reggae. Cuarenta y ocho horas después, el mundo sabría quién era esta imponente mujer.
Tyler, The Creator fue el primero que tomó el teléfono y le hizo la invitación de colaborar con él, luego siguió Snoop Dog, luego la mismísima Lana Del Rey, Jorja Smith y la lista crecía sumando a personajes que querían trabajar con ella. Pareciera que Kali tiene el poder de convertir cualquier colaboración en éxito.
Aprovechando este revuelo lanza de la mano del productor estadounidense Diplo su primer EP “Por Vida” en el cual solidificó su propuesta de “doo-woop” experimental. Sabiéndose una mujer de curvas y atractiva, explotó al máximo sus excesos naturales, vamos que el maquillaje cargado, la altura en su peinado y los vestuarios provocadores son nada ante esta voluptuosa Barbie latina.
Y es este aire de cultura latina que no se desprende de ella, sus referencias a la contra cultura latina de narcotraficantes, drogas y El Chapo son imprescindibles en su estética. Pero no solo es este aspecto oscuro de nuestra cultura, también sabe que tiene raíces y se dice muy orgullosa de hablar español, de ser sangre latina.
Sus videos musicales son eclécticos y cargados de esta imagen clásica revolucionada al neón y al plástico futurista. Kali puede ser un sex symbol perfecto, una Brigitte Bardot de nuestra generación, sin embargo, ella dice que no quiere ser símbolo de nadie, que solo es una artista viviendo su oportunidad.
Con nominaciones al Grammy y al Latin Grammy encabezo el lineup del Neon Desert Music Festival en su edición 2019 en la ciudad de El Paso este 25 y 26 de mayo. Es Kali Ulish el reflejo de la fusión de dos poderosas culturas, de un legado que nosotros en la frontera entendemos a la perfección: Ser y pertenecer.