El trabajo de Mou se resume básicamente a psicodelia pura, pero no pensemos en esa psicodelia de los 70’s, si no en psicodelia a base de haber comido un ácido o alguna sustancia ilícita.
Las imágenes y arte de Mou producen varias reacciones en cuanto el observador mira su trabajo, primero provoca el ver tantos colores combinados, después algo shockeante al ver tantas siluetas humanas, monstruos deformes combinados con erotismo, mujeres desnudas mezcladas con fluidos corporales y alguna que otra situación escatológica.
Uno pensaría que Mou se la pasa en un viaje constante de ácido, pero más bien se debe a que Carlos Alberto Ortiz II, como se conoce en otra realidad paralela a Mou, se interesa en los softwares de modelación paramétricos, la ciencia ficción, la arquitectura, los fluidos, los patrones, la morfogénesis y a su banda conocida como Bam Bam.
Toda esta amalgama de intereses hace que Mou, diseñe los mundos más bizarros en el que existen formas amorfas que sacan los más obscuros pensamientos de cada uno de nosotros.
“Trato de no tener influencias artísticas. Intento que mi trabajo sea una respuesta a la confusión que vivo a diario y no una respuesta al trabajo de alguien más”.
Mou también diseña fanzines y se enorgullece de ser un necio que aun hace cosas impresas que se venden o se intercambian de mano en mano como dice: “Ves a quién se lo vendes y cotorreas, algo un poco más humano ya que el internet nos ha echado a perder a la vida. Decía Frank Lloyd Wright que la TV era goma de mascar para los ojos. El internet es la goma de mascar de la vida. El 96% de la información que absorbemos del internet no nos sirve de nada más que para pasar saliva, pero la carnita sigue estando afuera”.
