Field notes desde el Coachella 2012
Texto y foto por: Víctor Pérez Ibarra @brecaminos
En los festivales masivos se suda cerveza y bebidas energizantes, se respiran las aromas más funkys del condado y se observa a la gente más colorida y extrovertida todo esto al ritmo de sonidos que van desde el punk rock al acid house. Bienvenidos a Coachella, tierra de encuentro, donde tu vecino no es un extraño más y donde pedir un “toque” es más común que pedir la hora local.
Entre 80 y 85 mil personas se reunieron del 12 al 15 de abril para celebrar el rito de más de 100 bandas desplazadas en 5 escenarios. Algunos de los estelares fueron las nuevamente reunidas At The Drive-In, Refused y Firehose y algunos de los actos enormes como Radiohead, Swedish House Mafia y Snoop Dogg y Dr Dre; actos electrónicos de la nueva ola como Flying Lotus o The Gaslamp Killer y presentaciones de los clásicos Buzzcocks y Jimmy Cliff. Siempre hay un poco para todos y normalmente quiero pensar que nadie regresa a su casa decepcionado y diciendo que no quiere volver (pagar 2 dólares por un agua y 9 dólares por una cerveza grande valen la experiencia).
Si bien los die-hard fans de Coachella han opinado que en esta última entrega el festival “exageró” un poco con un festival doble la experiencia que me toco vivir por segunda vez fue un tanto diferente a las críticas.
El ambiente sigue siendo electrizante: la cantidad de personas coreando su canción favorita, la iluminación y visuales de algunos artistas y la sencillez y corazón con la que tocan ciertas bandas hacen de Coachella una experiencia excelente. The Airplane Boys, por ejemplo, dieron un show estupendo aun cuando el público no sobrepasaba los 50 asistentes, Death Grips de Sacramento rockearon un público de cientos aún cuando solo tienen a su favor un mixtape que no tiene ni un año de haber salido, Calvin Harris empacó la Sahara Tent como nunca lo había visto, A$AP Rocky y la A$AP Mob dieron un show que resume la palabra salvaje y DJ Shadow presentó un track con Zack de la Rocha completamente en vivo.
Más allá de la vasta cantidad de actos que se presentan en Coachella un “highlight” del festival siempre será la convivencia.
Reúne a tus amigos y viaja a la cálida California (aunque un tanto fría este año); arma tus casas de campaña, llena tus hieleras y disfruta de la situación, e incluso. Gente con ropas coloridas provenientes de todas partes del mundo intentan hacer este un fin de semana para recordar ya sea bien compartiendo una cerveza con tu vecino o intentar conversar con algún extraño en su idioma natal. Algo ocurre durante estos tres días y no es solamente un asunto de “buenas vibras”, hedonismo o modas nuevas, se trata más bien de un suceso al que llamaría una sleepover masiva de gente que lo único que quiere es pasársela bien y celebrar la música como debe de ser, y aún cuando tus grupos favoritos no se vean figurados en los 3 días del festival imagina las posibilidades de pasártela excelente.
Yo voy a volver.