Text: Sophi Flo | Foto: Jorge Cuevas “Minino”
Un amigo solía decir “nada es original”, una parte de esto es cierto, pero no podemos subestimar la influencia de otras fuerzas sobre nuestro trabajo para obtener algo realmente nuevo.
Dentro del proceso creativo del trabajo de Israel “Shuky” Zapata, encontramos un efecto muy interesante, el desarrollo de elementos tipográficos con muchos toques familiares, ya que la mayoría de sus inspiraciones provienen de la calle.
Creció dentro de una familia juarense dedicada al negocio de la imprenta, siempre estuvo expuesto a tintas y papeles, lo cual le permitió crecer su gusto a lo gráfico y visual desde temprana edad. Durante su adolescencia el grafiti fue el que siempre atrapó su ojo, rayaba sólo por hacer algo en ese tipo de dimensión gráfica, sin saber que esto tuviera tanto impacto, fue algo que marcó mucho su estilo.
Recuerda que lo que más le gustaba durante su etapa universitaria era bocetar. Terminando sus estudios estuvo en diferentes agencias, pero fue la constante práctica y la disciplina estricta lo que lo llevó a ser director de arte dentro una empresa importante en la Ciudad de México. Lo cual con el tiempo le dio el impulso y las herramientas necesarias para su destreza. Ahora se dedica a hacer lettering de tiempo completo, junto a León Martínez funda QuéTipos, su estudio de diseño, el cual está muy apegado al proceso del lettering. Aquí la producción se realiza muy orgánicamente, es decir tratan de no utilizar casi medios electrónicos para llegar a un resultado más “a mano”.
El lettering es crear ilustraciones con letras, números o cualquier carácter o frase. Hay quienes escriben palabras, pero también hay quienes las dibujan. En opinión muy personal, es expresar libremente de una manera gráfica y sin tantas reglas.
Para poder calibrar sus ideas lo que más le ayuda es el respetar mucho su rutina matutina, ejercitarse a temprana hora y empezar a trabajar, menciona que el paisaje camino al estudio ubicado en una colonia popular, rica visualmente, genera una amalgama visual que le resulta fuente de inspiración en su trabajo.
Llegó a Juárez con un curso de esta disciplina con tanta demanda que tuvo que abrir otra fecha, junto con esto realizó asesorías personalizadas para tatuadores, lo cual marcó una pauta para empezar a hacer varios proyectos comerciales y colaboraciones en galerías de arte, como lo fue con Dios Perro y Estudio Calavera, así también con la Universidad Tecnológica de Ciudad Juárez y varias imágenes corporativas para negocios locales.
Apasionado por Juárez, nos menciona que su visión como creativo ha cambiado mucho, el talento fronterizo se está desbordando y comenta que dentro de ese medio aún existe mucho la rivalidad y los celos entre artistas, algo que ha aprendido con el tiempo, es a dejar atrás ese conflicto y acercarse más a la comunidad artística con optimismo de estar abiertos a hacer más colaboraciones y trabajo en equipo.
A pesar de que existe el contraste fronterizo cultural muy diferente a lo que podría pasar en una ciudad de provincia, Israel aconseja el aprovechar esto por los diferentes encuentros culturales, lo que pasa también al salir de la ciudad, salirte del cordón umbilical, vivir lo que no se ha experimentado siempre empuja tus barreras y considera que es muy sano porque te abre el panorama de lo predestinado y lo establecido. “Dejemos de tirar odio, es aburrido y ya está muy visto, Juaritos no rifa, su gente sí rifa, somos personas muy chingonas, se nota la diferencia a otras ciudades, pero en cuanto a talento artístico nos falta mucho por aprender, hay que echar ojo en otras partes, absorber y tomar más en cuenta la palabra disciplina y aplicarla.” concluye.
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