Entrevista con Mauricio Esparza Oteo de Icaza, El Micro: Casi todo lo que sé acerca del Vinyl

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Es un hecho, el vinyl ha vuelto desde la ultratumba para reclamar su espacio en esta nueva generación. La re-comercialización de este formato se puede dar gracias a elementos como el aprecio por el sonido particular de los viniles, coleccionables de tipo vintage o el factor nostalgia simplemente.

Llamémosle revival, llamémosle como sea, pero en una generación donde la comercialización de la música es por medio de plataformas de streaming (Spotify, Jango, etc.), este formato ha contribuido a que los artistas y bandas puedan seguir vendiendo discos y ganando un poco más que con el streaming, hay disqueras como Mexican Summer que editan en su mayoría viniles, pero ellos los consideran objetos de arte además de la música y el precio, en algunos de ellos ronda entre los 600 pesos (40 dólares).

El disco viene con insertos, booklet, descarga digital y otros elementos que le agregan valor al mismo, en México también hay disqueras que manejan este formato actualmente como Sicario Music y alguno que otro que logró rescatar las prensas en los que se fabricaban estos discos antiguamente, como muchos coleccionistas de discos, Mauricio Esparza “Micro” siempre sintió pasión por el formato y la colecta de viniles. Lo más importante de esto es que nunca se deshizo de ellos con el nacimiento de los formatos como el cassette o el CD.

Irónicamente, ahora con el CD a punto de desaparecer, la vida le vuelve a dar la razón a estos coleccionistas empedernidos que guardaron sus discos pese a tener problemas de espacio, maritales y demás. Mauricio plasmó su pasión por los viniles en su libro “(Casi) todo lo que sé acerca del vinyl” (Marvin, 2014), donde habla del cuidado, venta, búsqueda y conservación del vinilo. Con motivo del lanzamiento de este libro platicamos con Esparza.

Un amigo alguna vez me comentó con curiosidad el por qué de coleccionar formatos muertos, al igual que quienes filman con cámaras análogas, le podría haber dado una lista de razones, desde el arte de los discos hasta el sonido, pero ¿qué le responderías tú?

En la elección de un formato, entran varios aspectos en juego. Primero está el amor a un objeto, lo que a ti te gusta y apasiona. Después está el factor de la moda, así tal cual. Luego podríamos mencionar el tema estrictamente de calidad, cosa en la que la fotografía digital aún no logra llegar a los niveles de definición de la película. Lo mismo pasa con los vinilos, el CD y los formatos digitales, aún no han logrado un sonido de mayor, digamos, resolución.

Otro punto, que a mi me parece crucial, es que los formatos digitales se están devaluando, al contrario que los análogos, que a pesar de haber sido menospreciados durante años, al día de hoy son cada vez más preciados.

¿Qué te llevó a escribir un libro sobre viniles, y lo más importante, cómo convenciste a Marvin de editarlo? Es grandioso que exista un libro en castellano referente a este tema, pero, ¿cómo llegar a concretarlo?

Lo primero es sentarte a escribir, sobre lo que sea, en este caso mi pasión. Luego hay que terminar el proyecto, concretarlo. Una vez que lo finalizas viene la parte más macabra: editarlo. Yo pensaba que era mucho más simple, la verdad confiaba mucho en el libro, pensé que se imprimiría muy rápido. Sin embargo, lo tuve que promover con mis recursos, lo presenté a varias editoriales, pasó más de un año y nada, ya estaba un tanto decepcionado y a punto de mandarlo a imprimir con mi dinero. Pero un buen día me llamaron de Marvin y me dijeron: “Micro, ya está, ven a finiquitar el asunto”, así quedamos formalmente en que ellos lo editarían.

Curiosamente, esa misma semana me llamaron otras dos editoriales para lo mismo, para decirme que ya, finalmente, lo mandarían a imprimir, ¡demonios! ¿Por qué me hicieron sufrir durante más de un año? Nunca entendí ese proceso.

En tu libro hablas de varias cosas, de cómo empezó tu pasión por la música y los discos de vinil, del mantenimiento de estos y donde buscarlos en el mercado. Yo me considero un coleccionista, pero, ¿realmente piensas que este formato va a perdurar por más tiempo o sólo es un revival por lo antiguo y no lo ordinario?

No sé. Y es más, nadie lo sabe. Hay quienes aseguran que ahora no es buen momento para comprar vinilos, porque están de moda y se han encarecido a niveles bárbaros. También dicen que es buen momento para comprar CDs, ya que están muy devaluados.

Cuando compro un acetato pienso que es una buena inversión, me da la confianza de que mi dinero está bien gastado, algunas veces he vendido LPs y, en algunos, he sacado márgenes de ganancias muy jugosos.

Pero no se puede estar seguro, nadie sabe si el día de mañana los precios se vengan abajo y todo esto se olvide, así nada más. O al contrario, si los precios seguirán subiendo y subiendo. Hay vinilos que antes encontrabas fácilmente y que hoy son impagables.

Precisamente y ahora que lo mencionas, una de las secciones de tu libro habla acerca de el precio de los viniles y su aumento, así como de lo particular de los discos hechos en las pasadas décadas en México, Peerless, Musart, Orfeón… éstas disqueras dieron forma a la música en nuestro país, ¿cuáles son los discos que debemos empezar a buscar en la casas de nuestras tías?

¡Dios!, esta es una pregunta incontestable, simplemente porque hay miles y miles de discos que tenemos por buscar. Al final de mi libro hice una lista con algunos de los discos mexicanos que vale la pena rastrear y comprar, pero ha sido tema controvertido, mucha gente se ha quejado de que falta X o Y, y que sobran algunos.

Existen unos libros muy famosos, del coleccionista Hans Pokora, llamados 1001 Record Collector Dreams, pero imagínate que ya van 5 volúmenes y aún, dice, faltan muchos álbumes que le gustaría recomendar.

Plataformas como Discogs, VinylHub y Popsike han contribuido a que los coleccionistas tengan una mejor interacción entre ellos, ¿qué propondrías para hacer que los coleccionistas crearan nuevos lazos en México?

Creo que el coleccionista local tiene un perfil determinado, muchos nos conocemos entre nosotros, intercambiamos información, historias y vinilos, pero de mano en mano, en el Chopo, en Balderas… Sin duda tiene su encanto ser de la vieja guardia, donde la mayoría no conoce Discogs, Vinylhub ni Popsike, incluso algunos de ellos no tienen ni computadora.

Los Neo Melómanos -jóvenes que han comenzado a comprar acetatos- tienen una cultura mucho más digital, pero ellos aún no son coleccionistas, algunos se perderán en el camino y otros se convertirán con el paso del tiempo.

Hace poco escuché que lo más molesto en la vida de un coleccionista de viniles son los cambios de casa, ¿cómo manejas este tipo de cuestiones? A menos de que nunca te hayas cambiado de casa, claro.

Es un desmadre. La última vez que me cambié, coticé con una mudanza, les advertí que tenía unas cajas muy pesadas, que me cobraran un poco más. Pero cuando las cargaron fue un desastre, por más que me esmeré en empacarlos se rompieron y los vinilos salieron volando. Los de la mudanza acabaron diciendo que ellos no cargarían esas cosas tan pesadas. Acabé pagándoles más.

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En tu libro hablas de tu primer acetato (una recopilación de los Beatles), pero ¿cuál fue tu última adquisición y, por qué?

Ahora estoy en un periodo de rock mexicano, le compré tres LPs a un coleccionista que comenzó a vender, uno de ellos yo no lo conocía y me encantó: Música Para Después de la Batalla de Masos (Nuclear, 1989), electrónica nacional experimental.

Ayer encargué dos LPs al sitio de UK Juno: Carrie & Lowell de Sufjan Stevens, y Goon de Tobias Jesso Jr. Aún no los he escuchado bien porque prefiero esperar a que me lleguen los acetatos, soy muy fan del folk.

Si te preguntara cuál disco es tu cáliz sagrado, cuál acetato has perseguido por décadas, supongo que han existido y los has encontrado. ¿Existe alguno que se resista a ser encontrado?

Miles. Uno sería Adiós a Los Beatles de La Banda Plástica de Tepetlixpa, estaba pujando por la primera edición, pero el vendedor pensó que las 12 am era al medio día y perdí la subasta.

Hace poco conseguí uno que llevaba años buscando y que menciono en el libro, Cabaret Trágico (RCA, 1957) de Juan García Esquivel. Un coleccionista necesitaba dinero, me llamó, me lo ofreció a un precio que yo pude pagar, y ahora es mío.

¿Qué opinas de las nuevas reediciones de discos clásicos como Kind of Blue de Miles Davis o toda la discografía de The Beatles?

Un disco masterizado, que “mejora” el sonido, es como si viéramos el Ciudadano Kane a colores y en 3D, o como si restauraran Las Meninas de Velásquez, con colores más vivos, matices, contraste e impresa en un plotter. No. No, no, no.

Me encantan los vinilos viejos, con el sonido análogo de cuando no existían las computadoras, maldita necedad de cambiarlo.

Hace poco leí un articulo sobre cómo tiendas como Urban Outfiters (tienda dedicada a ropa y artículos de moda), habían contribuido directamente al resurgimiento del acetato en la música (actualmente esta tienda es el mayor vendedor de este formato en el mundo), y habían logrado colocar este formato en millones de sus consumidores mediante la venta de viniles de artistas pop como Lana del Rey y Taylor Swift, así como de tornamesas Crosley. Hay gente que opina que los viniles no deberían ser tratados como accesorios, a mi punto de vista, es bueno para la industria. Pero te pregunto, ¿qué piensas de este tipo de tiendas, que combinan la moda con la música?

Pues me parece fantástico. De alguna manera todo ha contribuido a la generación de lo que los gringos llaman Vinyl Revival, por supuesto Urban Outfiters es pieza clave. También lo es, por ejemplo, Jack White o Discogs, todo contribuye. En México también se debe mencionar lo que hizo Café Tacvba, pues su más reciente álbum fue presentado en formato vinilo.

Sin embargo, creo que la moda del vinilo no la hizo nadie en particular, ni siquiera la industria. Es un fenómeno cuyo origen nadie conoce a ciencia cierta, pero de pronto generó un interés nuevo y distinto. Es un formato que lo merece.

¿Has comprado acetatos de bandas mexicanas últimamente?

Esto se tendría que separar en dos rubros: Primero los discos de bandas nuevas que están comenzando a editar sus álbumes en vinilo, y después los vinilos clásicos del rock nacional.

¿Cuáles y por qué?

Son muchas bandas y las razones son distintas.

LPs clásicos he comprado muchos, actualmente es lo que más busco. Destacaría el Decibel (Orfeón, 1980), y Duda Mata (Independiente, 1987), ambos discos de culto. Como dato curioso, a últimas fechas compro muchos a vendedores por Facebook, lo que hasta hace poco no hacía.

De vinilos nuevos, está el de Juan Cirerol Todo Fine (Universal, 2015), un artista que me gusta y cuyos acetatos considero buenas piezas.

¿Qué tornamesa tienes?

Desde hace años tengo una Technics 1200. He estado tentado a cambiarla, han aparecido marcas nuevas con mucho mejor tecnología, pero estoy bien con mi clásica Technics.

Dedicas tu libro a un amigo tuyo que falleció y que, por lo que entiendo, era un coleccionista igual que tú y su colección es parte ahora de la tuya. Como coleccionista creo que es el último tributo de un coleccionista hacia otro. ¿Harías lo mismo? ¿Y con quién?

Lo he pensado, creo que me gustaría dejárselos a mis amigos, que vengan a mi casa y se lleven los que quieran, que los disfruten pues.

Mencionas que fue cremado con el disco Joe´s Garage Acts II & III de Frank Zappa, que tú mismo pusiste en su féretro, no puedo imaginar un homenaje mejor, ¿por qué este disco?

Bueno, Sergio “Sam” Flores, mi amigo coleccionista que falleció, es la única persona que yo he conocido que llegó a tener todos los discos de Frank Zappa, en los ochentas, cuando aún no habían CDs. Esto te habla de que él era un verdadero fan. El LP que metí al horno de cremación, me lo había regalado años atrás él mismo. Al final es algo que nuestros antepasados hacían, es una tradición y creencia que llevamos en nuestro ADN, poner en las tumbas regalos para que los disfruten en su viaje.

Existe un libro llamado The Dust & Grooves Book – Adventures In Record Collecting, en donde aparecen fotografías de los coleccionistas de vinil con sus colecciones, algunas de ellas con personajes famosos como Questlove, baterista de The Roots. ¿Podría ser “Fotografías de colecciones” el volumen dos de tu libro?

No, es algo que no me llama en particular. Lo que sucede, según yo, es que hay mucha información de eso en Internet.

En el libro intenté abordar los temas con un toque personal, cosas que no son “googeables”, como los mapas para llegar a las tiendas, la estafa más grande en el tema vinilos, precios, cómo limpiarlos, ediciones, sonido… siempre vistos desde una manera entre anecdótico y documental.

En un principio, en libro era el doble de grueso, pero quité varias secciones, cosas muy específicas como agujas y tornamesas, porque es información técnica de la cual no soy experto y en la red hay mucho sobre eso.

Gracias por todo Mauricio.

Gracias a ti.

 

Txt: Rafael A. Revilla Romero.