Diarios de Bicicleta de David Byrne

La mayoría de los melómanos (me incluyo en estos), estamos familiarizados con el nombre de David Byrne ya sea por ser el ex-líder de la banda de rock Talking Heads, agrupación clave en el crecimiento del movimiento under/punk Neoyorkino, por su trabajo de solista o por su disquera Luaka Bop. Pero desconocía de su fascinación por andar en bicicleta y recorrer el mundo con ella, más que tratarse de una obsesión temporal por este medio de transporte, Byrne tiene varias décadas recorriendo las calles de su natal Nueva York, apoyando y estudiando cómo mejorar las condiciones de los ciclistas y de la calidad de vida de las personas.

Hace algunos años este músico se dedicó a recopilar sus anécdotas que fueron resultado de sus viajes por el mundo con una bicicleta plegable. El resultado final de coleccionar estas historias culminó en un libro llamado “Diarios de Bicicleta” que ha levantado muchos comentarios de ciclistas y no ciclistas alrededor del mundo. Hay gente que cree que esto de la bicicleta es algo pasajero y existen otros que en verdad sienten un verdadero amor por ella y piensan que el utilizarla conlleva a un bienestar psicológico y de salud.

Byrne ve las ciudades desde la perspectiva de un ciclista, y como él lo dice: “Un poco más arriba que la estatura promedio del peatón”, y mucho más rápido, pero sin perder de vista los detalles finos que nos proporciona la ciudad, esto no quiere decir que Byrne recorre las ciudades que visita completamente en bicicleta, ni que todas las anécdotas que se leen en el libro son sobre bicicletas (sería algo monótono). Creo que más que nada este libro es un diario de el ex-líder de los Talking Heads, en donde la bicicleta sirvió como una amalgama perfecta para unir todas esas historias. El libro está traducido y editado al español  por la editorial mexicana Sexto Piso con un diseño bastante bueno y moderno.

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Algunos de los relatos se encuentran divididos por ciudades como Manila, Buenos Aires, Berlín, Londres, Estambul,  Sidney, San Francisco (ciudad con muchas pendientes, no apta para ciclistas amateurs). Sin olvidar su natal Nueva York, donde aparte de moverse casi totalmente en bicicleta ha notado cambios esenciales en la gente, en el transporte, en las comunidades extranjeras y de otros tipos que afectan a esta gran urbe.

Cuando comencé a leer el libro no tenía idea de que me iba a topar con grandes pensamientos y reflexiones, pero más que nada una filosofía que nos ayuda a recapacitar sobre la posición de nosotros como personas en las ciudades y en el transporte. Byrne comenta algunas realidades sobre los ciclistas: “Soy consciente de que las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana…cambiar es posible, incluso probable, y que el uso de la bicicleta como medio de transporte en la ciudad de Nueva York es viable; si no ahora, sin duda en un futuro no muy lejano”. Inclusive como parte de sus reflexiones en el libro vienen algunos diseños de anclaje de Byrne para puntos de bicicletas en la ciudad de NY, la mayoría ya construidos.

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También nos platica de sus encuentros en conferencias con el ex-alcalde de Bogotá (Colombia) Enrique Peñalosa que se hizo famoso por “remodelar” y “mejorar” la ciudad, pero más que nada por sus “Políticas de la felicidad” que tanto ayudaron a hacer de Bogotá una ciudad más habitable y más humana, Byrne citas algunos ejemplos de Peñalosa:

Toda esta infraestructura peatonal respeta la dignidad humana. Le estamos diciendo a la gente: “Son importantes, no porque sean ricos o tengan un doctorado, sino porque son humanos”

“Los atascos de tráfico no son siempre algo negativo. La prioridad no debería ser siempre tratar de aliviarlos, ya que obligan a la gente a usar el transporte publico”.

“Un lugar sin aceras privilegia el uso del automóvil, con lo que la gente más rica y con coche tiene más derechos, y eso es antidemocrático”.

“Ya en plena cincuentena, puedo asegurar que usar la bicicleta como  medio de desplazamiento no es sólo cosa de jóvenes o deportistas. No hace falta el traje de lycra, y, a menos que esa sea la intención, ir en bici no resulta necesariamente agotador. Más convincente que ningún argumento practico es el sentimiento de libertad, la sensación de libertad física y psicológica que uno experimenta. Ver las cosas desde un punto de vista cercano a los peatones, los vendedores y los escaparates, combinado con el hecho de moverse por ahí sin sentirse totalmente divorciado de la vida de la calle, es un puro placer”.

¿Sobra decir que yo también lo creo?

Diarios de Bicicleta es más que un libro sobre el uso de las bicicletas, es un libro de anécdotas que Byrne a vivido en sus experiencias por el mundo, Byrne todo un ciudadano del mundo, va paseando en su bicicleta recopilando pasajes, sonidos, música y amistades.

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“Ver las cosas desde un punto de vista cercano a los peatones, los vendedores y los escaparates, combinado con el hecho de moverse por ahí sin sentirse totalmente divorciado de la vida de la calle, es un puro placer”.

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